Hace unos días os comentaba por Instagram una reflexión que me acompañaba desde hacía tiempo. Este último año he intentado ajustar aún más los recursos y actividades que creaba a mis alumnos y, sobre todo, a sus intereses y gustos.
El inglés como lengua extranjera resulta entre divertido o tedioso, fácil o d´ifícil para la gran mayoría de alumnos, no se encuentra punto medio. Si nos paramos a mirar a nuestro alrededor, veremos cómo para mucha gente (amigos, familiares, conocidos), el inglés ha sido algo 'imposible', 'un intento fallido'... Mientras que para otros ha sido un éxito y no han tenido ningún problema a la hora de aprenderlo.
Y yo me pregunto... ¿qué falla? ¿qué falla para que después de estudiarse tantos años el inglés como lengua extranjera en España haya un nivel tan bajo y tanta dificultad? Esta pregunta daría para mucho más que una entrada a un blog, porque es de reflexionar, de pararse y pensar en buscar el cambio.
Este año con la gran cantidad de clases online que he tenido (más que presenciales), necesitaba tener enganchados a mis alumnos, ya que entre nosotros había una pantalla que impedía que la educación fuera lo que realmente es: cercanía. ¿Cómo podía mantener su interés, fomentar su participación y avivar su amor por el inglés? Era una tarea muy muy difícil y a la que se enfrenta cualquier docente al principio de curso cuando tiene un grupo o varios nuevos.
Yo empecé a base de prueba y error, al igual que todos vosotros, en este año lleno de incertidumbre, cambios y complicaciones. Así fue como fui descubriendo lo que a cada grupo de alumnos le gustaba y en especial a cada peque. Conocer los gustos generales de un grupo es importante pero también lo es conocer los intereses individuales para motivar a un alumno en especial.
Empecé a preguntarme: ¿qué les gusta a mis alumnos? ¿cómo puedo motivarlos a hacer una actividad? Cuando nos centramos en la lectura y escritura de un idioma, empiezan los problemas puesto que es un proceso complejo, largo y tedioso. Frente a esto, solo podía hacerlo algo más divertido, más centrado en ellos. Leer hay que leer, al igual que escribir, no es algo que podamos obviar al enseñar un idioma. Pero eso sí, hay distintas maneras de abordarlo y, sobre todo, de M O T I V A R L O.
¿Cómo conseguir motivar el aprendizaje de un idioma extranjero? A través de los gustos de nuestros alumnos. Cuando ellos ven y sienten que son escuchados, tenidos en cuenta y queridos, la emoción inunda el aprendizaje y empieza a ocurrir la magia y los efectos especiales (canción que me recuerda al grupo de Izal).
Así pues, cuando he diseñado cualquier actividad, recurso o semana temática, antes de ponerme a diseñarlo, imprimirlo, recortarlo, plastificarlo... les he preguntado a ellos por sus actividades favoritas, por las cosas que les gustan, que ven en casa, que juegan en casa... ¡qué mejor que conocerlos!
Y así he conseguido grandes avances y progresos en todos y cada uno de mis peques. Han sido capaces de comunicarse entre ellos, de intentar expresarse primero en inglés aunque no supieran cómo en vez de en español, de leer textos graduados por niveles, de jugar juntos, de comunicarnos jugando...
Vamos a escucharlos, vamos a entenderlos, vamos a conocerlos... vamos a centrarnos en ellos, en nuestros alumnos, porque ellos son el verdadero centro de este gran proceso llamado educación, aprendizaje. Partiendo de ellos, de sus gustos, de sus hobbies, nada puede salir mal.
Hay muchas maneras de hacer un reading, pero... si a ellos les gustan Bob Esponja, Marcos Llorente, Emma Watson... ¿por qué no hacerlo sobre ellos? ¿por qué no incluirlos en las actividades? Hay muchas maneras de trabajar las direcciones, las preposiciones, los lugares de la ciudad, pero... si a ellos les gustan las princesas y príncipes Disney, Harry Potter, los videojuegos... ¿por qué no hacer una ciudad en la que los protagonistas sean estos personajes?
Como veis, a todo podemos darle la vuelta. Toda actividad puede ser adaptada, pero no os engañaré, pues se requiere TIEMPO, PACIENCIA, ORGANIZACIÓN, GANAS... Y no siempre contamos con esas destrezas, aunque queramos. Sin embargo, si esta entrada te ha hecho reflexionar, ya has empezado a cambiar el proceso de aprendizaje de un idioma.
Te invito a seguir remodelando la enseñanza de idiomas, a centrarte en lo importante, en ellos.
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