Hace una semana, definíamos Gamificación y Aprendizaje Basado en Juegos. Hoy os quiero presentar una reciente disciplina o interdisciplina: la Neuroeducación. Antes de adentrarme de lleno en esta corriente, me gustaría resaltar que una de las razones por las cuales aplico el juego en mi aula son los descubrimientos que la Neuroeducación nos ha proporcionado al respecto. Por lo tanto, uno de los muchos motivos por los que podríamos y deberíamos aplicar Gamificación y Aprendizaje Basado en Juegos es que los estudios sobre ellos en Neuroeducación avalan el uso del juego -ligados siempre al descubrimiento, la exploración y la emoción- en los contextos educativos.
Dicho esto, es momento de conocer un poquito más en qué consiste esta corriente. La Neuroeducación, es una nueva visión de la educación que se basa en la Neurociencia. En otras palabras, consiste en conocer cómo funciona el cerebro para basar la educación e instrucción en esos pilares de funcionamiento. ¿Qué conseguimos con la Neuroeducación? Ajustar al máximo el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que, al conocer los mecanismos del cerebro, y en especial, del cerebro del niño o de la niña, podemos diseñar experiencias educativas basándonos en lo que realmente funciona, considerando siempre el momento evolutivo en el que se encuentre.
La Neuroeducación es una corriente muy reciente por lo que ha sido fruto de muchas críticas que a día de hoy, continúan. Cada vez son más los investigadores, psicólogos y educadores que se lanzan a estudiar el cerebro del niño o de la niña y a intentar establecer cuál es la mejor manera de adaptar aquellos procesos educativos a él. Los estudios relacionados con los descubrimientos de la Neuroeducación son, por el momento, limitados. No obstante, ya nos advierten de un gran número de principios.
Una de las ideas más conocida entre aquellos que se interesan por la Neuroeducación, es aquella que estableció Francisco Mora:
‘’Solo se puede aprender aquello que se ama’’.
Y cuánta razón tiene Francisco Mora, ¿cómo pretendemos que los alumnos aprendan una asignatura por la que no tienen interés alguno? Es imposible, como dice Jesús Guillén: ‘’La letra con sangre no entra’’. Es por ello, que la Neuroeducación destaca la importancia de ‘’la emoción por aprender’’. Pero, ¿cómo conseguimos que nuestros niños presenten a lo largo de todo el periodo escolar esa ‘’emoción por aprender’’? No es tarea nada fácil, pero aquellos profesionales que están decididos a mejorar la educación y desarrollar al máximo las capacidades de sus alumnos, encuentran los medios.
Un elemento clave para ello, es centrarnos en el momento evolutivo del niño, en sus intereses, gustos, características específicas, necesidades… Necesitamos tomar siempre un punto de partida en el aprendizaje, y este debe ser adoptado basándonos siempre en las ideas que os acabo de comentar. Además, como defiende la Neuroeducación, es importante que desarrollemos y favorezcamos en nuestra práctica docente la curiosidad, la motivación, la participación, la exploración activa del medio, la atención, el sueño, el aprendizaje por error…
Relacionado con todo lo que os acabo de comentar, que son a grandes rasgos pinceladas de qué es la Neuroeducación, existe una frase que basa todo mi proceso de enseñanza y que considero clave como función del profesorado:
‘’Debemos enseñar a los alumnos a amar el aprendizaje’’.
También sería interesante reflexionar sobre si sólo se puede aprender aquello que se ama o si también aprendemos a base de emociones negativas frente a un concepto, idea o procedimiento. Indudablemente, también se puede y se aprende teniendo emociones negativas frente a algo, sin embargo, ¿qué consecuencias tendrá eso a largo plazo?
Sin embargo, la cuestión que os acabo de plantear la dejaremos para otra entrada. Sigamos hablando de Neuroeducación...
Dicho esto, hoy os quiero recomendar a dos autores que se han adentrado en la investigación de la Neuroeducación y que han escrito varios libros para que nosotros, como profesores de cualquier materia y etapa, podamos conocer más a fondo los principios, beneficios y mitos de esta nueva corriente. Estos dos autores son las primeras referencias que yo conocí sobre esta disciplina. No obstante, hay muchos más y os invito a investigar más sobre ellos y sobre esta corriente tan reciente pero tan interesante al mismo tiempo.
El primer autor del que vamos a hablar en esta publicación es el conocido Francisco Mora. Supongo que a muchos de vosotros os sonará este nombre por su famosa frase ‘’Solo se puede aprender aquello que se ama’’ y que tiene mucha relación con lo que es la Neuroeducación, ya que este doctor en Neurociencias nos comenta en su libro Neuroeducación la importancia de la emoción en el proceso educativo.
Mora nos habla de la atención, de la curiosidad, de la memoria, de la educación en valores (a veces la gran olvidada en este largo proceso), de contar con espacios abiertos, con buena iluminación y adecuados para poder desarrollar la educación… Además, también nos da unas breves pinceladas de la educación universitaria y la formación de ‘’Neuroeducadores’’. No podemos olvidar cómo de determinante es la formación universitaria en materia de educación, pues estos profesores están modelando, por decirlo de alguna manera, a futuros educadores que tendrán bajo su responsabilidad a muchos alumnos a lo largo de su larga carrera profesional.
¿Qué podemos hacer para suscitar ese interés, esa curiosidad por la educación a todos los niveles? Como Jesús Guillén expresa, debemos encender la llama, hacer saltar la chispa que lo prenda todo. Recuerdo asistir a un curso de formación sobre Neuroeducación que impartió Jesús en Murcia un sábado con un frío terrible, algo ‘’extraño’’ pues en Murcia días de frío tenemos dos contados al año. Al finalizar la sesión, tuvimos que juntarnos por grupos para hacer una especie de póster resumen de todo lo que habíamos aprendido a lo largo del día. Fue increíble ver cómo, todos y cada uno de los grupos -cabe resaltar que no eran pocos-, consideró como determinante plasmar en ese resumen ‘’esa llama o chispa que encendía todo’’. Fue increíble, bonito y emocionante al mismo tiempo, ver a tantos docentes e incluso familias, con esa ilusión de cambiar el mundo de la educación. Esa formación me dio alas ya que realmente Jesús me hizo sentir esa ‘’emoción por aprender’’ de la que tanto nos habla Francisco Mora y que debemos transmitir a nuestros grupos de alumnos y alumnas.
Una vez que vi a Jesús en directo, no pude no seguir formándome con todos y cada uno de sus cursos y de los libros que ha publicado. Tanto Neuroeducación en el aula: de la teoría a la práctica como Neuromitos en Educación: el aprendizaje desde la neurociencia son libros fundamentales para aquellos interesados en conocer más a fondo esta corriente. En el primero, Jesús nos cuenta un poquito de teoría mezclada con muchos casos prácticos, como bien dice el título: de la teoría a la práctica.
El segundo se basa en los descubrimientos de la Neuroeducación para desmentir una serie de mitos, los cuales me parecieron bastante importantes a la par que interesantes por lo extendidos que están entre la comunidad educativa.
Como habréis podido observar, la Neuroeducación no ha hecho más que empezar, siendo cada vez los docentes, familias e investigadores que se lanzan a su estudio y práctica en el aula.
Para terminar, os dejo imágenes de los libros que yo he leído y recomiendo al respecto:
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